miércoles, 14 de diciembre de 2011

"REGRESO Y FINAL"


Le diagnosticaron una esquizofrenia orgánicamente terrestre

síntomas subjetivos y objetivos

un síndrome disociador porciones sueltas de realidad

cavidad mental poblada de fantasías

alucinaciones fuertemente impolíticas

emociones sin fundamento fobias de perro azul

comportamiento simiesco muecas lenguaje primitivo.


J.GIANNUZZI.(POETA PORTEÑO).

Cuenta la crònica del momento que ,cuando el poeta muriò estaba en Salta, esa provincia del norte de nuestro paìs que,  con justicia,  apodamos "la linda", -vaya si es bella Salta y vale la pena para vivrla y morir en ella.
En estos dìas de inactividad laboral fue la literatura de este poeta porteño,la que me ayudò a sobrellevar tanto tiempo muerto,vacìo,que sòlo adquiriò carnadura y conciencia de vida mientras lo leì mientras a partir de sus textos pude tambièn escribir.

Pero comienza el lunes con la vida que vuelve a ser laborable, aunque no haya un alta que lo dictamine, y uno lucha por no quedar afuera de un sistema, por ver si se llega a arañar la tan anhelada estabilidad laboral -la titularizaciòn en nuestra jerga profesional , digamos - entonces se vuelve a la escuela como se puede y otra vez es la poesìa de Giannuzzi la que arrima algo de humanidad y comprensiòn al gesto absurdo del dolor por no poder subir siquiera la escalera que conduce a la biblioteca  confinada de la escuela , temprano, -antes de que el timbre marque casi las ocho para comenzar-...
-porque  al fin nuestro oficio es eso : aunque uno ande fundando escuelas por muchos lugares desde el año 1997; todavìa se espera ; se sueña un dìa ser titular en un lugar y ,con la magra miseria que puntualmente,-el 1ª de cada mes -, piensa uno que algo va a  poder planear o que, un poco màs tranquilo, sòlo resta vivir para  esperar al mes siguiente mientras los dìas con sus meses y los años van marcando que la actividad, titular o interina, tiene tambièn su fecha de finalizaciòn igual que el 2011 que ya se termina.





Perplejidades al amanecer

I



Un mínimo de fe para buscar a tientas

la camisa más despierta. Una especie

de convicción para sentirme apto.

En la oscuridad menguante, el dormitorio

huele a existencia en bruto,

a ropa fría, a zapatos caídos

con toda la neura encima. Esto insiste

en tener algo que ver conmigo.

Desde la calle

los ruidos ciegos y la jadeante

respiración de la materia manufacturada

suben con sus propias razones para vivir.

He allí lo espumoso, la tierra triunfante

que apenas me concierne. Pero la camisa

ya pierde su inocencia, reclama relaciones

y el perpetuo fracaso de la identidad

en el amanecer de este día laborable.



Joaquìn Giannuzzi.(poeta porteño)











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